viernes, 11 de junio de 2010

El Retrato de Dorian Gray

Sinopsis:

Dorian Gray (Ben Barnes) es un atractivo aristócrata que regresa a su Londres natal tras pasar la adolescencia aislado en el campo. Abrumado por la vida nocturna londinense, Dorian se sumerge en ella de la mano de Lord Henry Wottom (Colin Firth), quien le muestra los lugares más recónditos y peculiares de la capital inglesa.

Dorian pronto comienza a obsesionarse con alcanzar la eterna juventud. Un retrato suyo pintado por Basil Hallward (Ben Chaplin) se convertirá en un recordatorio palpable de sus graves faltas con el paso del tiempo. A diferencia del resto de los mortales, el apuesto Dorian permanece impasible al sucederse los años y es el retrato en cambio, el que envejece y asume su degradación física y moral...

Opinión personal:

Día del estreno, primera sesión de la tarde, mejor sitio de la sala y ahí estoy yo, ansiosa por verla. Película prometedora con gran despliegue de publicidad. Ya en el comienzo se hace evidente que la actuación del joven Ben Barnes no va a ser sobresaliente, sí correcta, pero nunca excesivamente buena. Si bien es verdad que la película no deja mostrar al máximo los sentimientos de Dorian, el actor tampoco saca demasiado provecho cuando tiene la oportunidad. La ambientación es si duda una parte muy trabajada de la película, el vestuario y los exteriores pretenden mostrar el Londres de la época victoriana, consiguiéndolo notablemente. Ben Chaplin encarna a la perfección al pintor homosexual, dejando claro desde el principio sus intenciones pero sin que resulten en absoluto demasiado evidentes. La historia comienza interesante, hace que el espectador quede prendado de la trama. Llega la parte central, quizás un poco demás de sangrienta, se deja llevar mucho por los sustos fáciles y la sangre a borbotones. Mucha dosis de sexo sadomasoquista y descarado. El final es la parte más decepcionante, demasiado corto y rápido. En poco tiempo se presentan a personajes muy importantes en la trama y en el desenlace, la evolución de Dorian también es muy veloz sin dar tiempo a degustarla. El final busca la redención de Dorian ante todo, y se hace poco notable el cambio final que sufre el protagonista. He dejado lo mejor para el final. Lo mejor de la película es sin duda la excelente actuación de Colin Firth que da vida propia a su personaje, llevándolo más lejos de lo estrictamente del guión. Sin duda el personaje más creible, entretenido y logrado de la película. Hace que este personaje secundario se torne imprescindible y uno de los puntos claves para que el espectador no se desenganche. Película aceptable, entretenida, aunque no muy recomendable para personas que se asustan con facilidad, fóbicos a la sangre y personas dadas a la escandalización.